El trabajo pedagógico se orienta a las pautas marcadas por el „Berliner Bildungsprogramm“, comunes a todos los jardines infantiles de Berlin.

Además los puntos más importantes de nuestro concepto con el bilingüísmo y la orientación al método Montessori.

Bilingüísmo
En nuestro centro hay 22 niños a partir de un año y medio y hasta la edad de entrada a la escuela. La mayoría provienen de familias mixtas de países de habla hispana y tambien hay niños alemanes. Todos están juntos en un solo grupo y se emplea el método de inmersión.
Los niños se sumergen en las lenguas y las viven en situaciones de la vida diaria, pero tambíen cantando, jugando, investigando, experimentando, aprendiendo, pintando, construyendo, bailando,….
Ambas lenguas tienen el mismo valor, así como los múltiples aspectos culturales y familiares. El contacto temprano con una segunda lengua aporta a los niños monolingües la posibilidad de reconocer mediante el juego que las lenguas suenan distintas, que los objetivos se llaman de formas distintas, que los gestos y la mímica pueden ser diferentes.
Se enfrentan al idioma de una forma más consciente.
Los niños bilingües aprenden que sus dos lenguas no están presentes solamente dentro de la familia, sino tambien en otros contextos. El equilibrio de ambos idiomas refuerza la identidad individual del niño.
Las condiciones para que este método sea efectivo es el uso consecuente del principio „una persona, un idioma“, lo que significa que las educadoras se comunican con los niños en su lengua materna, al igual que los niños lo viven dentro de sus familias. Todas las educadoras entienden los dos idioma, lo que facilita que los niños puedan escoger la lengua en la que sientan más seguros. Los niños pueden utilizar el idioma que quieran para comunicarse, lo que elimina cualquier presión. Ningún idioma es más importante que otro.

Montessori
En la pedagogía Montessori el niño está en el centro y se le considera en su totalidad. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, lo que significa que va a pasar por diferentes fases individuales en las que irá aprendiendo nuevos conceptos o se irá interesando por diversos temas.
La pedagogía Montessori parte de la base que con el nacimiento hay una predisposición para el desarrollo óptimo del niño. Cada niño tiene su propio ritmo individual que no debe ser impuesto desde el exterior. Montessori ve a cada niño como un individuo único pero que al mismo tiempo es un ser social por naturaleza. A los niños les gusta aprender con otros y de los otros, por esto un grupo de edades variadas supone una posibilidad excepcional para el desarrollo de la autonomía, la confianza en uno mismo y las competencias sociales.
Una condición importante para conseguir esto es proporcionar al niño un entorno acondicionado, así como el respeto por parte de las educadoras al proceso individual de desarrollo del niño.
Los niños tienen a su disposición diversos materiales de desarrollo con los que pueden trabajar. Dichos materiales estimulan al niño a investigar y a utilizar sus sentidos. Se trabajan muchas habilidades de la vida diaria, por ejemplo los más pequeños pueden probar a agitar con diversos materiales, de manera que pronto pueden comenzar a llenarse solos el vaso de agua o a servirse la comida en el plato.
Otros materiales como los naturales pueden emplearse para clasificar, comparar, medir, experimentar, lo que facilita a los niños familiarizarse con fenómenos naturales.
Otros posibilitan acercarse a la escritura y a las matemáticas. Los materiales están diseñados para estimular los sentidos (aprender mediante los sentidos).
El papel de las educadoras es sobre todo de guía, siguiendo el principio Montessori de „ayúdame a hacerlo solo“. Son acompañantes del proceso de desarrollo individual y ayudan solo a petición del niño. Animan al niño a hacer las cosas por sí mismo, sin interferir si no es necesario.
La observación es una condición indispensable para tener una visión del niño individual y del grupo. A partir de estas observaciones, que las educadoras regularmente comparten y sobre las que reflexionan surgen proyectos, que tienen relación con los intereses y las necesidades actuales de los niños.